EL MISTERIO DE LA LUZ INFRAROJA


El misterio de la luz infrarroja


EL MISTERIO DE LA LUZ INFRARROJA


 La radiación infrarroja fue descubierta en 1800 por William Herschel y para el ser humano, es imposible verla puesto que está fuera del espectro visual. Sin embargo, un equipo internacional de investigadores ha descubierto que con ciertas condiciones especiales, la retina es capaz de de detectar esta luz infrarroja.

Aprendemos del mundo que nos rodea gracias a nuestros sentidos. Nuestros ojos juegan un papel importante, porque la luz contiene información importante sobre su la fuente emisora y sobre los objetos que la reflejan o la absorben. Los humanos, como la mayoría de los animales tenemos un sistema visual que recoge las señales luminosas y las transmite al cerebro. Sin embargo nuestros ojos sólo son sensibles a una pequeña parte del espectro electromagnético;somos ciegos a todo menos a aquello que llamamos ‘luz visible’.

La radiación electromagnética

La luz blanca (como la que proviene del sol) es una mezcla de luces de diferentes colores que interacciona con los objetos en función de la composición de éstos. Simplificándolo, podemos decir que los objetos absorben cierta parte de la luz y reflejan otra parte. El color que nosotros percibimos no es más que la reacción que se produce en el cerebro a la luz que llega a nuestros ojos reflejada por estos objetos. Por poner un ejemplo, las hojas de las plantas son verdes porque contienen clorofila, un pigmento que absorbe la luz azul y roja mientras que refleja la verde. Las cosas negras lo son porque absorben la luz de diferentes colores y las blancas porque reflejan toda la luz visible. Pues bien, la luz que nosotros podemos ver solo es una pequeñísima parte de una radiación conocida como radiación electromagnética. Esta radiación se propaga mediante ondas de modo que cuanto menor sea la longitud de onda (que es como se mide el tamaño de la onda, ver Imagen 1) mayor es su energía. Los seres humanos solo podemos ver la radiación con una longitud de onda entre los 400 y los 700 nm (esta unidad es la millonésima parte de un milímetro). El resto de la radiación, que ocupa la mayor parte del espectro, es invisible a nuestro ojo, bien porque tiene una longitud de onda mayor como las ondas de radio o porque tienen una longitud de onda menor, como los rayos gamma. Ahora bien, que nosotros no podamos ver esa luz no quiere decir que los objetos no interactúen con ella. De hecho los objetos o, mejor dicho, las moléculas que forman estos objetos también interactúan con la luz que es ligeramente menos energética que la luz visible: la luz infrarroja. Gracias a que los diferentes componentes de una obra de arte absorben y transmiten la luz infrarroja de diferente manera y a la tecnología desarrollada para poder medir esta luz, podemos usar este tipo de radiación para ver partes de la obra que se nos ocultan.

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